Fue cuando ya era real el diagnóstico de mi sobrino Adrián. Por aquel entonces buscábamos desesperadamente esa donación (o ese donante). Escribí el mensaje por Rayuela, desde mi instituto el “Sáenz de Buruaga”; nos empeñábamos en que se publicará para así dar la mayor difusión a la necesidad, y lo logramos.
Pero recuerdo nítidamente aquella mañana en que caía la lluvia, de repente paré la clase y me llevé a mis alumnos al Taller de neumática, allí extendimos una sábana blanca en el suelo y con un sprays en color negro escribí el mensaje: “TODOS POR LA VALENTÍA DE ADRIÁN: DONA MÉDULA, DONA VIDA”.
Esperé a la Técnico de ADMO (Alicia) a quien acompañaba Charo (una chica que tampoco había dado nunca una charla), y nos fuimos al instituto “Extremadura” para dar una sesión informativa.
Alicia, al finalizar, me alentó a decir unas palabras; yo no tuve dudas (a fin de cuentas, me manejaba a diario en ese trabajo: la oratoria), pero la circunstancia me supero, ¿quién podía imaginar que me vería pidiendo Donantes de Médula en otro instituto?
Hablé, conté la vivencia de mi sobrino, en varias ocasiones se me saltaron las lágrimas y paraba superado por la emoción.
Al finalizar Alicia me dijo que comprendía lo que me había pasado y que la asociación tenía a nuestra disposición un psicólogo y que ella entendía que yo lo necesitaba. La comenté que estaba bien y que en mi instituto y acompañado por mis compañeros y alumnos sería distinto. Así fue, a las dos horas repetimos las charlas en el “Sáenz de Buruaga” y allí me sobrepuse a lo que hacía un rato me quebraba la voz y el corazón: hablé con confianza, con firmeza y serenidad, e hice calar el mensaje de ADMO.
Desde entonces he participado en múltiples salas y con distintos públicos, pero no he podido olvidar aquella primera ocasión en el Salón de Actos del IES Extremadura.
Soy una chica de 22 años, paciente oncológica y gracias al continuo apoyo de la familia ADMO no solo me he sentido acompañada y comprendida, sino que han estado animándome y preocupándose en poder volver a llevar un día “normal! Ofreciéndome todo tipo de proyectos para recuperarme mental y físicamente, como paciente deseo que todos los demás niños conozcan y sientan el cariño que nos da la asociación. Como voluntaria quiero que esta familia siga creciendo y concienciando a más personas de lo importante que es para nosotros que se hagan donantes. Y como conocedora del riguroso trabajo que hacen darle las gracias por darnos la oportunidad y el valor de soñar e ilusionarnos cada día desde que nos dan el diagnostico
El día 17 de Diciembre de 2019, le diagnosticaron un Astrocitoma de grado II en el nervio óptico a mi hijo Pablo. A los pocos meses de diagnosticarle el tumor apareció ese alma tan pura y noble llamada Celia para ofrecernos todo su apoyo. Nos invitó a participar en la asociación de ADMO donde nos sentimos muy arropados por todos ellos. Hacen actividades con los peques donde pasan un rato maravilloso. Les estoy súper agradecida por hacernos partícipes para todo aun no siendo Pablo paciente de medula. Cómos siempre le digo a ellos, estaremos para todo lo que podamos.
Esta labor que haces no está pagada. Seguid así porque hacéis una labor precioso y sobre todo hacéis muy felices a estos grandes guerreros. Un fuerte abrazo de la familias Jiménez Bovilla.
A mi mujer la hicieron un trasplante de médula. ADMO está ayudándola mucho con reuniones y ayuda psicológica. En el pueblo de mi mujer, ADMO organizó un evento para informar sobre la donación de médula. Agradecemos muchísimo el apoyo de ADMO. ¡Gracias!.
El día 17 de diciembre del 2019 le diagnosticaron a mi primo y a la misma vez también a mi ahijado un tumor. Las noticias eran muy malas porque el tumor no se podía operar y entonces llegó el momento de las quimios, de los ingresos y de los días sin poder estar con mi niño. Pablo tiene 5 meses menos que mi hijo, por lo cual siempre estaban juntos y por ese mismo motivo lo echábamos tanto de menos. Por ahora está todo bien y hablo acabó las quimios después de 2 años y lo tenemos de vuelta en casa yo es la primera vez que vengo a une encuentro y la verdad que la experiencia es de los más, me ha encantado y volvería a repetir. Me llevo muy buen sabor de boca. Ha sido maravilloso conoceros a todos.
El día que nació David, supimos que tenía Síndrome de Down.
Cuando, con 20 meses, le diagnosticaron leucemia, se nos vino el mundo encima.
En un principio, se valoró un trasplante de médula ósea y nos hicieron las pruebas a los tres: papá, mamá y su hermana, Paula, quien se esperaba que fuera la mejor opción, pero… no había compatibilidad. No lo suficiente.
Pocos días después del diagnóstico contactamos con ADMO y Alicia, Virtudes y Carla nos ofrecieron su ayuda, nos informaron y, sobre todo, nos apoyaron en unos momentos tan duros.
Ya han pasado 7 años desde entonces y seguimos formando parte de esta gran familia que, por suerte o por desgracia, no para de crecer.
Junto a la familia ADMO hemos tenido momentos malos, algunos muy malos, pero también hemos vivido momentos muy agradables colaborando y compartiendo alegrías y experiencias con otras familias que han pasado por la misma situación que nosotros y con las que poco a poco, vamos dejando atrás el infierno vivido.
De estos siete años me quedo, principalmente, con dos momentos: uno de nuestros primeros “Respiros familiares” en Villarreal de San Carlos y pantano de Alqueva y, como no, la visita a la Warner, en Madrid, donde disfrutamos y compartimos momentos inolvidables viendo a nuestros peques disfrutar después de tan dura enfermedad.
¡GRACIAS ADMO! ¡FELIZ ANIVERSARIO Y VAMOS A POR 25 AÑOS MÁS!
Hoy es un gran día en nuestra asociación ADMO y para celebrarlo os vengo a contar mi experiencia. Soy paciente hematológica debido a una leucemia que me diagnosticaron a los 15 años, al principio era duro pues fue una noticia impactante, pero poco a poco fui cogiendo fuerzas y fui conociendo a grandes personas, a mis amigos del hospital. Todos los días venían personas de muchas asociaciones para jugar con nosotros pero yo nunca quería que entraran en mi habitación pues había más niños que necesitaban ese entretenimiento más que yo. Nunca me había entusiasmado la idea de estar en una asociación, ni de participar hasta que conocí a Celia la trabajadora social de la asociación, ella me animo a participar en el calendario anual de ADMO y desde entonces no he parado de hacerlo. Conocí a una gran familia la cual me ha ayudado en muchísimos aspectos de mi vida, gracias a ellos tengo la posibilidad de hacer rehabilitación para mejorar en mi día a día, gracias a ellos pude terminar los estudios en algo que me apasiona y lo más importante de todo gracias a ellos y junto a ellos puedo vivir grandes experiencias.
Soy Pilar y tengo 30 años. Conocí a AMDO después de que me diagnosticaron Leucemia. Pero realmente el contacto directo con AMDO empezó una vez superada la enfermedad y poco después de ser trasplante hice ll curso de voluntaria junto a mi hermana, que fue mi donante.
He acompañado a Iluminada (una buenísima persona) a alguna charla para dar mi testimonio y este verano hicimos un evento en Deleitosa, mi pueblo. Fue muy bonito y emocionante. Ahora Laura, la psicóloga me está ayudando a afrontar mi nueva vida.
¡Gracias ADMO por tan importante labor!.”
A mi marido le diagnosticaron Leucemia Mieloide Crónica con 42 años y el principio se nos cayó el mundo encima. Nuestros primeros pensamientos fueron hacia nuestros dos hijos ya la recuperación de la enfermedad. Los comienzos fueros duros, angustiosos y tristes pero poco a poco fuimos descubriendo que nos ayudaron a asumir todo lo que nos rodeaba y nos enseñaron a vivir con la enfermedad.
Uno de los descubrimientos fue ADMO,. Gracias ADMO. Gracias a los voluntarios,. A sus psicólogos y a sus expertos. A todos mil gracias por hacernos ver que al vida y lucha por ello merece la pena. Gracias. Soledad Blanco Romero. Mujer de paciente.
Hace casi 7 años la vida nos cambió por completo. David nació sano pero a la edad de 2 años y medio fue diagnosticado de una Aplasia Medular Severa. Esto nos cayó como un jarro de agua fría, la vida nos cambió radicalmente. Empezamos los ingresos en el hospital, empezamos a conocer términos sobre su enfermedad que nunca antes habíamos escuchado y que a veces no entendíamos. Entre medio de toda esta tormenta apareció ADMO una asociación que ayuda a pacientes y ofrece ayudas las familias cuando más lo necesitan. Y así surgió nuestra relación con ellos. Nos hicimos socios. Agradezco de corazón todo lo que hacen con nosotros, como intentan ayudar a las familias de forma desinteresada. Sinceramente me siento familia de ADMO. Gracias por todo y felicidades por la magnífica labor que hacéis. Sonia.
Soy Susana empecé con dolores en 2012, me hicieron pruebas me dijeron que era lumbago y mientras el dolor se iba pasando a la pierna me hacían pruebas. Un día me quede pinchada en la calle y me dijeron que era una hernia y me hacían pruebas hasta que llegaron a lo que tenía. Me hicieron muchas operaciones, me abrieron por el tórax me cogieron unas cuantas adenopias. Después de un tiempo las adenopatías estaban limpias. Hasta que una que me encontraron uno que dio positivo. Linfoma de hoking. Mi hijo tenía 2 años. Ahora tiene 11 ha tenido que madurar antes de tiempo porque las quimios nuestras no son como los órganos sólidos, cada quimio me han tenido que ingresar y mii hijo con los abuelos desde el diagnóstico. A los 6 meses tuve una recaída me dieron ora vez quimio después otra recaída. Después de 3 recaídas me hicieron un autotrasplante en Cáceres que fallo a los 6 meses. Al año me hicieron un trasplante de mi hermana que era 100% compatible y hasta ahora, seguimos dado guerra y esperamos que por mucho tiempo. No se ha vuelto a reproducir y de momento va todo estupendo. Me han quedado secuelas, encuentro contra huésped pero con medicación se va controlando. Hemos pasado momentos malos y momentos buenos. La relación con ADMO fue a raíz de ponerme en contacto por la web para colaborar y al preguntarme si quería ser donante dije que era trasplantada y se pusieron en contacto conmigo y desde entonces participo en un grupo de whatsap de ADMO con otras personas trasplantadas que aunque no nos veamos son vivencias que lo que no le ha pasado a uno le ha pasado a otro y nos vamos apoyando viene bien ese contacto. Ha ido todo bien ye spero que no vuelva nunca más. Linfoma de hosking de tipo esclerosis neumonar me dijeron muy pocs esperanzas porque me dijeron que tenía el cuerpo repleto y me dijeron en urgencias que si tuviera 80 años me hibeiran mandado a casa pero como tenía 36 años iban a intentar hacer algo. No me daban muchas esperanza pero hasta ahora vamos a por los 6 años del trasplante. Muchas gracias a ADMO por todo lo que hace.
En la foto estoy con mi hermana, mi donante.
Hola! Soy Victoria, y tengo 17 años. Hace dos años, un 3 de junio de 2019, cuando tenía 15 años, me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin (Estadio ll-III).
A finales de mayo del 2019 empecé a tener episodios de fiebre, cansancio, tos, etc. Mi madre me llevó al médico y allí nos dijeron que seguramente estaba incubando algún virus. Pero no nos dieron diagnóstico de ningún tipo. Con el paso de los días, yo seguía empeorando. No nos quedamos tranquilas y decidimos ir a urgencias en el hospital. Allí me hicieron una radiografía y vieron que padecía neumonía y que tenía el mediastino ensanchado. Los médicos nos dijeron que ya nos llamarían para darnos cita para el internista. En este punto, decidimos recurrir al médico privado. Cuando este me vio, me tocó el cuello y percibió que tenía los ganglios inflamados. Decidió hacerme una ecografía y allí vieron que se podía tratar de un posible Linfoma de Hodgkin. Decidieron realizarme una biopsia de un ganglio y confirmar el diagnóstico. Entonces me diagnosticaron, definitivamente, un Linfoma de Hodgkin. Empecé con un tratamiento de quimioterapia que estaba compuesto de 5 ciclos y que terminé en septiembre de 2020. Aun así, estuve ingresada en el hospital hasta finales de octubre por varios problemas que se derivaron del tratamiento. Tengo una neuropatia periférica, que me causa debilidad, entumecimiento y dolor en los pies; los riñones afectados y además perdí mucho peso. Durante el proceso de enfermedad estuve ingresada en el área de onco-hematología del Hospital Materno Infantil de Badajoz aunque yo era adolescente.
Hubo momentos en los que me encerré en mi misma y no quería hablar ni saber de nadie, algunos de las niñas de la planta (Julia,Carmen,…),las enfermeras y auxiliares, mi madre… me animaban a salir a la sala de juegos o a dar un paseo por el pasillo pero yo me negaba, estaba totalmente apática, pero aún así nadie dejó de empujarme, cosa que agradezco infinitamente. Llegó un momento, sin saber porque, mi cabeza comenzó a pensar “esto no va a poder conmigo” y a partir de ahí me propuse luchar con todas fuerzas para salir a delante. Hice un enorme esfuerzo por comer aunque no me apeteciera, a salir de la habitación ,etc.
Ha sido una experiencia muy dura, he pasado por mucho malos momentos físicos y psicológicos, pero no cambiaría nada de lo vivido, por ello soy la persona que soy en la actualidad.
Me llamo Isabel y empecé a tener contacto con ADMO a raíz de la enfermedad de mi sobrina. En el año 2008 un día a la salida del colegio joanna ( mi sobrina ) empezó a sentirse mal y desgraciadamente acabo en el hospital, después de hacerle varias pruebas nos dieron la terrible noticia de que tenía leucemia mieloblastica.
En esos momentos toda la familia nos sentimos habitados y nos preguntábamos por que una pequeñita de tan sólo 4 añitos podía sufrir una enfermedad tan devastadora.
Enseguida nos pusimos a investigar sobre la enfermedad y que recursos teníamos para poder enfrentarla, pero desgraciadamente nos dan una noticia aún más terrible y es que sólo hay 3 meses para encontrar un donante de médula osea para joanna, hay en esos momentos es cuando nos ofreció ayuda la Asociación ADMO a la cual le estaré eternamente agradecida. Gracias a ellas que nos dieron todo su apoyo supimos como debíamos de actuar, que pasos debíamos de seguir, ayudaron a que mi hermana se pudiera alojar con la niña en un piso en Madrid y sobretodo nos escuchaban y nunca dejaron que nos rindieramos, su apoyo era incondicional. Estuvieron hay durante todo el proceso de la enfermadad y una vez superada aún hoy en día siguen hay para lo que necesitemos. Mi familia le está eternamente agradecida a ADMO por la labor que llevan a cabo con los pacientes y sus familiares.